EL OBISPO TISSERA Y LA HOMILIA DEL 25 DE MAYO EN LA CATEDRAL

 En la catedral de Quilmes, el obispo Carlos Tissera, brindó su homilía por una nueva recordación del 25 de Mayo y la histórica Revolución con una importante reflexión, atando las hojas de la historia para incluirla en la actualidad. Un fuerte llamado a los políticos para hacer frente al tremendo flagelo de la pobreza.



"Aquel 25 de Mayo una multitud se reunió en la plaza frente al Cabildo para celebrar la defensa de la soberanía popular. Alentaban el gran ideal de ser libres e independientes. En toda América se iba acunando y encarnando en hombres y mujeres el gran ideal de la liberación del poder español.

No solo existieron los conocidos hombres de Mayo. También hubo mujeres que se destacaron por su firme determinación de ser libres a costa de muchos sacrificios y luchas, a veces incomprendidas.

Entre tantas vale mencionar a María Remedios del Valle, nombrada Madre de la Patria, afrodescendiente que luchó en las invasiones inglesas y tras la Revolución de Mayo llegó al Ejército del Norte de Belgrano, convirtiéndose en Capitana.

Juana Azurduy, que en 1809 participó del levantamiento en contra del virrey. Posteriormente, estuvo al frente de un gran ejército miliciano, compuesto por indias, mestizas y criollas.

María Magdalena Macacha Guemes, hermana de Martín Miguel de Guemes, salteña que adhirió a la Revolución y fue parte de la gesta independista.

Melchora Sarratea y Mariquita Sánchez de Thompson, que brindaron sus casas y apoyaron la Revolución. Y tantas otras como Casilda Igarzábal de Rodríguez Peña, quien adhorió al partido de la independencia.

En primer lugar venimos a hacer memoria agradecida. En este tiempo que vivimos entre otras cosas "se alienta la pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía mas. Se advierte la penetración cultural donde la libertad humana pretende construirlo desde cero. Deja en únicamente la  necesidad de conciliar sin limites la acentuación de muchas formas de individualismo sin contenido (F12). No nos podemos robar el sentido de la historia

Un modo eficaz de licuar la conciencia histórica, el pensamiento crítico, la lucha por la justica y los caminos de la integración es vaciar de sentido o manipular las grandes palabras. 

¿Qué significa hoy expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación. como títulos vacíos de contenido, que pueden servir para justificar cualquier acción (FT 14).

"Decía nuestro arzobispo de Buenos Aires el pasado 10 de diciembre: Compartimos la creencia en un Dios liberador. Un Dios que nos quiere libres de la opresión, de la codicia y avaricia, de la injusticia y la inequidad y de toda forma de violencia; un Dios que nos hace libres, si, pero para ser mas dignos y solidarios. Un Dios que, libres, nos impulsa a comprometernos especialmente con los que mas sufren. Como dice el Papa Francisco "la verdadera libertad se expresa fielmente en la caridad. No hay libertad sin amor. Quien ha respetado el don de la liberación obrada por Dios no puede pensar que la libertad consiste en estar lejos de los otros, sintiéndose como molestia, no puede ver al ser humano encerrado en si mismo sino siempre incluido en una comunidad. La dimensión social es fundamental y nos permite mirar el bien y no solo el interés privado (Audiencia conjunta 20/10/2021).

"En segundo lugar, además de hacer una memoria agradecida, queremos abrazar este presente preocupante de la patria con esperanza. Para ello, el camino es el que nos propone Jesús en la parábola del buen samaritano: amar al prójimo. La preguntar del doctor de la ley fue: ¿Y quién es el prójimo? y provocó que Jesús nos cuente aquella bella y desafiante parábola. Ella es un ícono iluminador, capaz de poner de manifiesto la opción de fondo que debemos tomar para reconstruir esta patria que nos duele a todos. Nos muestra el camino a seguir.

Jesús es el verdadero samaritano, el que abajó, el Dios que se conmovió y nos ha visto tirados al costado del camino. Toca nuestra fragilidad, sana nuestras heridas, nos carga sobre sus hombres y se ocupa de cada uno.

Jesús nos revela una característica especial del ser humano a veces olvidada: hemos sido hechos para la plenitud de ser, de amar. Por eso no podemos vivir indiferentes ante el dolor ni podemos dejar que nadie quede a un costado de la vida, marginado de su dignidad. Esto nos debe indignar.

El dolor humano nos debe alterar.    

La inclusión o exclusión del tirado al costado del camino define todas los proyectos políticos, económicos, sociales y religiosos. Todos enfrentamos cada día la opción de ser buenos samaritanos o indiferentes viajantes que pasan de largo.

El samaritano fue el que se hizo prójimo del judío herido (sabemos que los judíos despreciaban a los pertenecientes  a Samaria) para volverse cercano y presente, el samaritano atravesó todas las barreras culturales e históricas. La conclusión de Jesús es un pedido: tenés que ir y hacer lo mismo (Lc 10,37).

Es decir nos interpela a dejar de lado toda diferencia y simplemente volvernos cercanos a cualquiera. Entonces, yo no digo que tengo prójimos a quienes debo ayudar sino que me siento llamado a volverme yo un prójimo de los otros (Cfr. FT 81).

Hoy los argentinos momentos en que muchos van cayendo al costado del camino, despidos en las fuentes de trabajo, sueldos por debajo de la línea de la pobreza, la situación de las personas mayores que no alcanzan la satisfacción de sus necesidades básicas, la situación de los comedores comunitarios que no tienen alimentos suficientes. Sabemos que el deterioro de la vida social viene desde hace tiempo pero es palpable que la crisis socioeconómica se ha agravado. En el mes de marzo la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina expresaba: Reiteramos que es urgente devolver a la política su carácter de una de las formas mas preciosas de la caridad para buscar el bien común. La acción política debe promover el cuidado de la vida, la dignidad humana, el trabajo para todas las personas y la eliminación del hambre y la exclusión.

No hay verdadera libertad sin fraternidad, justicia social y paz. Expresamos nuestra preocupación al tiempo que reiteramos nuestra aNo puesta al servicio incondicional para el desarrollo de los diálogos imprescindibles que permitan la construcción de los acuerdos necesarios  para el desarrollo de una Argentina inclusiva, próspera y en paz.

El Evangelio nos señala el camino de la fraternidad, de valorizar los lazos de la fraternidad y no el tan conocido sálvese quien pueda. Todos estamos en la misma barca. Por eso, en este tiempo nos propusimos los obispos como parte de la comisión  nacional de Caritas.

En el transcurso de los últimos años, y a medida que los niveles de pobreza han crecido en la Argentina, hemos aprendido a trabajar con gran número de movimientos, asociaciones, centros vecinales, sindicatos, etcétera. Así que hoy nadie puede asumir la cantidad y complejidad del trabajo social de manera individual. Por eso, insistimos en integrar a todos aquellos que con enorme sensibilidad atienden a los mas pobres y les pueden dar una ayuda necesaria para que puedan seguir haciéndolo.

"En un país cuya pobreza sigue creciendo y que no admite miradas sesgadas, prejuicios ideológicos y peleas sectoriales, somos testigos de que muchos hermanos viven la angustia de no saber con qué mañana alimentarán a sus hijos.

No es difícil sortear las dificultades y desacuerdos presentes, volviendo a poner en el centro lo que siempre ha debido seguir allí: las personas y las familias de los que viven en las pobreza o indigencia, especialmente los niños y los anciano. Lo demás está demás.

Que la Virgen de Luján nos acompañe para no dejarnos robar la esperanza y para hacernos cada día prójimos de los que están a nuestro lado".


http://dlvr.it/T7QXsQ

Comentarios

Entradas populares de este blog

QUILMES A CONTAR: 22 HISTORIAS RELATADAS POR HINCHAS CERVECEROS

BERAZATEGUI QUIERE VOLVER A LA VICTORIA TRAS PERDER EL INVICTO

GABRIELA CAREL CON "ESTANDARTE Y CAMINO", UN TEMA DEDICADO AL MAESTRO FUENTEALBA